Cuando un arquitecto se enfrenta por primera vez al hecho de proyectar se deberá introducir en el conocimiento de los elementos que definen y condicionan un proyecto de arquitectura, así como de las herramientas apropiadas para su elaboración. El objetivo fundamental es colocarse en un lugar desde el que se pueda, por medio de la observación y la crítica, emprender con cierta eficacia y propiedad un proyecto.
Para esto es necesaria la generación de inquietudes, la educación de una mirada indagadora y saber cuáles son las preguntas adecuadas que deben hacerse a la hora de comenzar la elaboración de un proyecto, ya que como en todo principio, más importante que las respuestas, son las preguntas.
Proyectar es prever, anticipar, organizar un plan para la consecución de un objetivo determinado. El proyecto es una estrategia, una herramienta capaz de poner en orden los distintos fines de la arquitectura y de dotar de coherencia las partes.
Comprender la actividad proyectual como una acción intelectual previa con una intención de intervención en el territorio de inevitables efectos transformadores, por lo que se incentiva el desarrollo de la sensibilidad y la capacidad para conformar lugares habitables con los recursos propios de la arquitectura.
Una vez avanzados en esa actividad proyectual se ha de tener capacidad para dar el salto desde las ideas y los conceptos a la formalización material de éstos.
Hacerse conscientes de los problemas que aparecen, aprender un camino para resolver los problemas.
(...)”En mis conferencias he hablado a veces de la Poesía, pero de lo único que no puedo hablar es de mi poesía. Y no porque sea un inconsciente de lo que hago; al contrario, si es verdad que soy poeta por la gracia de Dios- o del demonio- también lo es que lo soy por la gracia de la técnica y del esfuerzo, y de darme cuenta en absoluto de lo que es un poema”. (Poética. Federico García Lorca).